La naturaleza es sabia, y como bien decía Aristóteles, no hace nada en vano. En su ciclo natural, no existen problemas de residuos. Ella tiene sus propias soluciones para procesar la materia orgánica; por tanto, que la sociedad aprenda y la imite para producir combustible y abono, es un paso importante en este camino hacia la sostenibilidad y equilibrio con el medio.
Un ejemplo de tecnología apropiada para este logro, es sin duda, el biodigestor.
De manera muy simple podría decirse que es un depósito hermético donde las características técnicas de construcción y la actuación de bacterias anaeróbicas en un medio líquido, hacen fermentar todos los residuos orgánicos produciendo gases y fertilizantes orgánicos.
Existen varios tipos de biodigestores y en función del interés o producto que se quiera aprovechar, tendrán unas características u otras.
La empresa Asteyma, ofrece biodigestores con tecnología propia, la cual permite la gestión de residuos orgánicos agrícolas y de origen urbano como restos de comida, papeles, aceites, etc.
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